martes, 10 de enero de 2012

destino....


..porque destino de todos vivir de esperanzas es; quien las logra muere en ellas, quien no las logra también..


lunes, 11 de octubre de 2010

Aprendí a andar en un suelo cubierto de canicas


Quiero dejar salir mi voz
Y que diga lo que tenga que decir
Quiero gritar que también yo
Sé curarme las heridas de vivir
Y sigo tirando de viejos recuerdos
No puedo esperar, nunca pasa nada
Fantasmas que marcaron algunos momentos
Y ahora no sé si tienen alma

Pero yo sé curarme las heridas
Aprendí a andar en un suelo cubierto de canicas
Y de pie seguiré sobre mi vida
Aprendí a andar un camino de arenas movedizas
A lo lejos sólo estoy yo
Y que digan lo que tengan que decir
Siempre lo fui y entiendo hoy
Que mis medios y mi fin es lo que soy
Enciendo cerillas que alumbran mis pasos
Más luz para qué, siempre voy a ciegas
Camino con cuidado entre nudos y lazos
Cansada de andar desatando

jueves, 3 de diciembre de 2009


En su cuarto, sentada en la pequeña
cama, blanca y absurdamente apacible en aquel mundo amargo que la rodeaba,
repasó con desaliento sus posibilidades. No había trabajado nunca. Es más,
¿para qué engañarse?, no le gustaba el trabajo, ni le gustaría jamás.
Pero debía mendigarlo ahora, porque, si no, era evidente, no se podía vivir. Con
una pereza desfallecida, laxa, se tendió sobre las sábanas. Demasiado
complicada la vida. Pero debía ser importante, para que se luchase tan
desesperadamente por ella. Nadie parecía saber de estas cosas en Saint-Paul. ¿A
qué clase de mundo se las destinaba?, pensó. Desde luego, no al que Dios tuvo a
bien enviarla.

martes, 1 de diciembre de 2009

Sol.




A los dieciséis años salió de Saint-Paul,
creyéndose el centro del mundo.
Pero el mundo resultó ser distinto a todo
lo que ella aprendió a temer o amar.
Ojeando su cuaderno escolar,
podía evocar nueve años largos
y casi inútiles de internado.
El cuaderno tenía tapas rojas,
y en la primera página había escrito,
con letra grande y picuda:


Nombre: Soledad Roda Oliver






Nunca le llamó nadie Soledad.
Recordaba que este nombre le había parecido ajeno, distante.
Siendo muy niña, le sorprendió saber que
Sol -tal como la llamaban todos- era como un disfraz,
un bello y luminoso fuego que ocultaba
aquella palabra oscura: "Soledad".


Y tenía miedo.

viernes, 15 de mayo de 2009

Un nuevo camino sin ti


Mirando a través de un cristal

Comenzaba a recordar

Todo aquello que viví junto a ti.

Una humilde melodía,

Y aquella fantasía me hacían

Volver en el tiempo

A aquellos días, en los que

Ignorante de cuanto sufrías,

Buscaba tu sonrisa a través del dolor.

Incrédula ante aquello,

Con gran ápice de desasosiego en mí,

A la par que inquietud y alarma

Que recorrían todo mi ser.

Finalmente, lo más trágico ocurrió

Su dulce voz, su elegante sonrisa,

Y su gran corazón,

Quedaron apagados para siempre,

A pesar de que para mí serás algo eterno,

Alguien a quien nunca olvidaré,

y que siempre guiará mis pasos

allá donde los dirija.